«No hay castillo tan fuerte que pueda salvarnos de la muerte». Un buen día, los distinguidos residentes de este castillo pusieron el candado en la puerta, se fueron y no regresaron jamás. Desde entonces el lugar permanece cerrado, ajeno a todo lo que acontezca en el exterior. Pero ni siquiera la fortaleza más robusta es capaz de soportar el paso del tiempo y, de forma lenta pero inexorable, el vandalismo, la humedad, las inclemencias meteorólogicas y la falta de mantenimiento van deteriorando el edificio.
Música: «Sunset at Glendorm» por Kevin McLeod.